La emoción de un escape room comienza para mí desde el momento en que veo el primer enigma. Me sumerjo en la historia, analizo cada pista y disfruto la sensación de descubrir conexiones que otros podrían pasar por alto. Resolver un misterio en tiempo límite no solo es entretenido, sino una forma de mantener mi mente ágil y siempre lista para el siguiente reto.